
El reciclaje, para ayudarnos a transformar el actual modelo de consumo de materias primas, ha de contar con un gran aliado: la reciclabilidad.
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El reciclaje, para ayudarnos a transformar el actual modelo de consumo de materias primas, ha de contar con un gran aliado: la reciclabilidad.
Ecogestor es la herramienta que nos ayuda a simplificar todos los procesos relativos a la gestión medioambiental, de modo que cualquier organización pueda tomar las riendas de su impacto sin descuidar su razón de ser: su actividad económica.
Si reflexionamos acerca del número de teléfonos móviles que hemos tenido hasta la fecha, probablemente, nos cueste dar con una cifra concreta. Consumimos muchos productos electrónicos, seguro que más de los que sospechamos.
La sostenibilidad y la preocupación por el medioambiente son materias de actualidad, pero es necesario alcanzar un nivel de concienciación y consenso tal, que nos permita avanzar más rápido y de forma cohesionada en la transición hacia un modelo económico sostenible.
Uno de los grandes retos que afronta el reciclaje es el de los pequeños plásticos: elementos que debido a sus reducidas dimensiones y características tienen más posibilidades de quedar fuera de la cadena de reciclaje.
Pese al nivel de evolución intelectual, técnica y tecnológica que hemos alcanzado en el siglo XXI, la naturaleza sigue dándonos lecciones. En este caso, lecciones de reciclaje: un gusano nos da las claves para reciclar el poliestireno.
En nuestros paisajes urbanos los contenedores amarillos y azules de reciclaje son ya elementos imprescindibles. Sabemos que reciclamos, pero ¿cómo reciclamos? ¿Podemos mejorar nuestros hábitos?
El 90% de los materiales contenidos en un teléfono móvil son susceptibles de ser reutilizados, según una información divulgada hace algún tiempo por Recyclia, la entidad administradora de las principales fundaciones medioambientales españolas dedicadas al reciclaje de residuos electrónicos y pilas.
Estamos viviendo un momento de múltiples cambios sociales simultáneos y, en este contexto agitado, uno de los más visibles es el que afecta a los patrones del consumo.
El ayuntamiento de Rubí es conocido y reconocido por ser muy proactivo en la cuestión de los residuos y hace tiempo que viene promoviendo distintas campañas orientadas a la compra sin residuos, a poner freno al desperdicio de alimentos en buen estado y a la recogida de juguetes de segunda mano para fines sociales.
La oferta alimentaria en nuestras sociedades avanzadas no tiene precedentes en la historia. No solo se produce una enorme cantidad de alimentos, sino que la sociedad busca prolongar al máximo su vida útil, demandando sistemas de envasado que ofrezcan las máximas prestaciones de preservación y cuidado de los alimentos.
No deja de ser curioso hablar de plástico en singular, como se hace tan a menudo, cuando bajo esta denominación se encuentra un vasto número de productos formados por sustancias químicas sintéticas que tienen en común, eso sí, la propiedades de ser maleables.