Sabiduría en los residuos
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Gestión de residuos
Sabiduría en los residuos
21/06/22 | Publicado por TheCircularLab

Aunque es una expresión muy genuina, Waste Wise es traducible al español. Sería aproximadamente algo como “sabiduría en los residuos”. Ciertamente en inglés crea una especie de “música de lenguaje” que sin duda añade un cierto gancho a la expresión. Quizás por esta razón fue escogida para incorporarse al nombre de la campaña/herramienta Waste Wise Cities creada el año pasado por Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat) una agencia con sede en Nairobi cuyo objetivo es promover ciudades social y ecológicamente sostenibles.

Situación dramática

La campaña no surge porque sí, sino de la constatación de una situación dramática en la gestión de residuos en el mundo a la que hay que dar la vuelta cuanto antes. Según ONU-Hábitat, 3.000 millones de personas no tienen acceso a instalaciones de eliminación de residuos controladas.

Los europeos, a pesar de todas las dificultades, nos encontramos en un estadio avanzado de la gestión de residuos, y ello nos impide percibir que hay una auténtica crisis mundial en este terreno. Los residuos sólidos municipales en el mundo podría llegar en 2050 a 4.000 millones de toneladas anuales, doblando el volumen actual.

En muchos países los residuos domésticos, de los mercados, de las empresas y de las instituciones se vierten directamente a las calles, a las alcantarillas, o en cualquier lugar del espacio público y se queman. Esto provoca graves disfunciones, contaminación del aire y del agua, y enfermedades de todo tipo. La gente con menos recursos que vive en las ciudades es la más afectada por este problema.

Waste Wise Cities se ha pensado para atraer el compromiso de las ciudades para dar un giro radical a esta situación. Para participar hay que empezar por inscribirse en una sencilla carta-formulario por la que el municipio se compromete a realizar un total de 12 puntos. Los puntos son muy ambiciosos ya que implican: planificación y estrategia, cambios de modelo, trabajo conjunto de todos los agentes sociales y políticos, diseño de todo tipo de instrumentos favorecedores del cambio. Entre ellos cabe señalar el diseño de incentivos para promocionar la economía circular.

El único “pero” que se podría poner a este compromiso es que no es vinculante y no exige ninguna obligación financiera, pero dadas la circunstancias y las realidades de miles de municipios quizá sería poco práctico. El hecho de querer participar ya puede considerarse como un buen punto de partida.

La campaña no se dirige solo al poder público sino también a la sociedad civil y las organizaciones que actúan en el ámbito privado. Apelar a la población directamente es una vía inteligente teniendo en cuenta los déficits de la administración en muchos países.

Aprender de los demás

En cualquier caso, uno de los aspectos más destacados de Waste Wise Cities es que ofrece la posibilidad de “aprender de los demás” a través del intercambio de conocimiento y la cooperación. Aquellas ciudades que lo deseen pueden poner a disposición recursos o buscarlos, o promover alianzas con otras ciudades. La idea final es trabajar en una red.

Uno de los elementos básicos para actuar en cualquier terreno es poseer los datos adecuados. Waste Wise Cities lo ha tenido muy en cuenta. De hecho el primero de los 12 puntos de compromiso citados es evaluar la cantidad y tipo de residuos generados.

Pero los promotores de la campaña han ido aún más lejos creando The Waste Wise Cities Tool (WaCT) que es básicamente una guía que consta de siete pasos para orientar a las ciudades sobre cómo recopilar datos sobre los RSU generados, recogidos y gestionados en instalaciones controladas.

La herramienta proporciona una guía de encuesta a los hogares para estimar la generación total de RSU, un cuestionario para investigar la cadena de recuperación de RSU, y criterios para comprobar el nivel de control medioambiental de las instalaciones de gestión de residuos en la ciudad. En el último paso se elaboran los vínculos con otros indicadores de los ODS y se introduce una evaluación utilizando un Diagrama de Flujo de Residuos (DFF).

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