Devolver la vista al mundo rural para un desarrollo sostenible
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Leer másEl Atlas Italiano de la Economía Circular es una plataforma web interactiva que recoge y muestra las iniciativas que participan de la aplicación de los principios de la economía circular en el país transalpino. Es una proyecto nuevo e innovador, una herramienta de información y documentación, pero también de sensibilización y pedagogía, dirigida a todos aquellos que se preocupan por las relaciones entre economía y medio ambiente. El atlas también ha sido creado para fomentar el nacimiento de redes de empresas y asociaciones que pueden conectarse entre sí y aumentar las sinergias potenciales a parte de su proyección social.
Uno de sus elementos más llamativos es un excelente mapa interactivo que permite seleccionar iniciativas de economía circular por región y por sector de actividad en todo el territorio. El trabajo realizado en iconografía y la facilidad de navegación ayudan a una experiencia de usuario agradable y fructífera: cada empresa y organización identificada tiene asignada una ficha con los datos básicos de actividad y de contacto. Sin lugar a duda, esto ahorra horas de trabajo a todos aquellos que quieran buscar un cliente, un proveedor o un partner en este campo. Además, la plataforma está diseñada para ser una herramienta participativa continuamente actualizada: los usuarios pueden introducir directamente sus experiencias a través de un formulario preparado y editado por el equipo responsable el atlas.
El prestigio de la sociedad civil italiana como gran impulsora de proyectos en el ámbito económico se ve refrendado también en esta iniciativa, que pronto cumplirá sus primeros seis meses de vida. Si bien el Ministerio de Medio Ambiente realiza una pequeña aportación al atlas en forma de patrocinio, éste debe su existencia a la iniciativa privada.
En concreto, el proyecto ha sido promovido por Ecodom, el principal consorcio italiano para la recuperación de RAEE (residuos de equipos eléctricos y electrónicos) y por CDCA, el primer Centro de Documentación de Conflictos Ambientales en Italia. Para entender la motivación que hay detrás de la realización del atlas basta leer unas declaraciones realizadas por Giorgio Arienti, gerente de Ecodom, que han sido divulgadas por la agencia nacional de noticias Ansa: “En Italia el valor de los residuos es de 10 mil millones al año, pero solo 1 millón ingresa al circuito de la economía circular, de acuerdo con el Informe Anual de la Estrategia de Residuos 2017”.
Las empresas con mayor presencia en el atlas hasta el momento son, por este orden, las de recuperación de residuos, las de ropa y accesorios, las del sector de la construcción y las del sector alimentario.
Entre las experiencias que se pueden descubrir cabe citar a Tyrebirth que recicla los neumáticos fuera de uso en solo 30 minutos mediante el uso de microondas. En el campo textil destaca Orange Fiber una compañía muy joven que ha patentado y produce telas eco sostenibles de alta calidad a partir de los residuos de procesamiento de naranja, uno de los cultivos más importantes de Sicilia. Otro ejemplo es el de Lessmore que fabrica muebles y accesorios en materiales reciclados. En el ámbito alimentario cabe citar las iniciativas de Funghi espresso que utiliza posos de café para cultivar setas, o Equoevento que recupera los excedentes de alimentos de los grandes eventos para distribuirlos entre los comedores populares y las familias en condiciones económicas precarias.
Los promotores de este proyecto no solo han pensado en su accesibilidad, atractivo visual y utilidad sino también en el rigor conceptual en la selección de sus contenidos. Por esta razón un comité científico se ha encargado de establecer un panel de criterios de circularidad. Estos criterios identifican 10 dimensiones de la circularidad, cada una se divide a la vez en un número variable de indicadores. Más específicamente, hay siete dimensiones de circularidad económica y ambiental y tres dimensiones de sostenibilidad social. La identificación de las 10 dimensiones ha tenido muy en cuenta los efectos sociales de las experiencias asignadas, estableciendo como condición principal la unión entre la dimensión social y ambiental, lo cual va más allá de las evaluaciones sólo econométricas.
Las 10 dimensiones son las siguientes:
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