
Aunque es una expresión muy genuina, Waste Wise es traducible al español. Sería aproximadamente algo como “sabiduría en los residuos”. Ciertamente en inglés crea una especie de “música de lenguaje” que sin duda añade un cierto gancho a la expresión.
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Aunque es una expresión muy genuina, Waste Wise es traducible al español. Sería aproximadamente algo como “sabiduría en los residuos”. Ciertamente en inglés crea una especie de “música de lenguaje” que sin duda añade un cierto gancho a la expresión.
Recientemente el digital El Español recordaba en un artículo las principales multas relacionadas con el abandono de residuos en espacios públicos, clasificadas en leves, graves y muy graves, con cifras que van desde los 900 euros y que pueden llegar hasta 1.750.000.000 euros.
Según fuentes de la Unión Europea, se estima que existen más de 50.000 millones de partículas microplásticas en el mar. Los microplásticos son definidos como piezas diminutas cuyo tamaño suele ser inferior a 5 milímetros.
La Agencia Europea del Medio Ambiente publicó a finales de 2021 el informe Linking cross-border shipments of waste in the EU with the circular economy. Su interés radica en que ofrece una instantánea de la situación del comercio de residuos no peligrosos y reciclables en la Unión Europea (UE).
Aunque pueda parecer que en algunas localidades costeras de nuestro entorno la pesca ya no tiene la importancia de antaño, la realidad es que continúa siendo un sector clave si se contempla con perspectiva global.
Si el plástico llega al océano es por una serie de circunstancias totalmente evitables. Los países donde el problema es más acusado son muy distintos entre sí, pero tienen en común una falta de infraestructuras de prevención y de gestión adecuada de los residuos, con una mínima aplicación de soluciones circularidad.
Gabriel Silva, un chico de 12 años, estaba buscando, como de costumbre, algo de valor entre los desechos para contribuir al sustento familiar cuando, por azar, encontró un pequeño árbol de Navidad todavía decorado.
Hace unos meses comentábamos el impacto enorme (y negativo) que la pandemia estaba teniendo en la generación de residuos sanitarios. Ahora, un nuevo estudio profundiza en este mismo ámbito. Se ha llevado a cabo de manera conjunta por la Universidad de Nanjing (China) y la Universidad de California-San Diego (Estados Unidos).
Las ventajas son claras ya que el reciclaje supone un consumo de energía y unos costes menores que la extracción y el resto de los procesos asociados. Hoy en día, más del 30% de la demanda anual de cobre a nivel mundial -unos 28 millones de toneladas- se cubre gracias al reciclaje.
El 90% de los materiales contenidos en un teléfono móvil son susceptibles de ser reutilizados, según una información divulgada hace algún tiempo por Recyclia, la entidad administradora de las principales fundaciones medioambientales españolas dedicadas al reciclaje de residuos electrónicos y pilas.
Es difícil de imaginar una vida sin las ventajas que ofrecen los plásticos. Además, en los últimos años se han producido mejoras notables en su gestión, al menos en nuestro marco geográfico.
Según un informe de la ONU dado a conocer a principios de marzo, en 2019 se desperdiciaron 931 millones de toneladas de alimentos vendidos a hogares, minoristas, restaurantes y otros servicios alimentarios en todo el mundo.