La Junta de Extremadura está impulsando su propia estrategia hacia una economía verde y circular. Tal como se explica en la presentación de esta estrategia, su primer logro ha sido involucrar a distintos actores sociales y políticos de la región como los sindicatos Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras, la Confederación Regional Empresarial Extremeña, y los grupos parlamentarios con representación en la Asamblea de Extremadura.  

También se han sumado a este consenso, la Federación de Municipios y Provincias de Extremadura; las diputaciones provinciales de Badajoz y Cáceres; la Universidad de Extremadura y otros centros educativos; un centenar de entidades locales y un centenar de empresas; además de otros colectivos y a título particular.  

Modelo participativo

Se ha optado, por tanto, por un modelo participativo donde los proyectos y las actividades estén en permanente evolución y cuenten con las aportaciones procedentes de la sociedad. Más concretamente, la estrategia se basa en una serie de documentos previos de referencia, entre los cuales destacan las 24 estrategias territoriales (Estrategias de Desarrollo Local Participativo), redactadas durante la primera mitad del año 2016. En su elaboración participaron unas 14.700 personas a través de mesas de trabajo, seminarios, entrevistas personales, foros de validación, juntas directivas, asambleas, cuestionarios, encuestas on line, etc.  

La participación media por cada una de las 24 comarcas de Extremadura fue de unos 600 agentes, con algún territorio superando los 1.700 participantes. El proceso sigue abierto y la Junta insta a personas y entidades a unirse al desarrollo de esta estrategia. Incluso ha creado un mapa dinámico de impulsores e impulsoras y una lista de participantes que se incrementa continuamente. 

Un marco bien definido

Otra de las virtudes de la Estrategia de economía verde y circular Extremadura 2030 es su sólida estructuración. Se han definido 7 ejes temáticos , 24 lineas estratégicas y unos criterios y objetivos claros de gobernanza. 

El documento de la estrategia incluye tambén un diagnóstico detallado del estado de situación para el desarrollo de una economía verde y circular con una caracterización del territorio de los sectores productivos y de los recursos y capacidades empreariales y tecnológicas.  

No falta un análisis DAFO, donde cabe destacar las fortalezas que Extremadura presenta para su cambio de paradigma económico, entre ellas las posibilidades de promover una gestión más circular de los recursos naturales y el desarrollo de cadenas de valor basadas en recursos biológicos (agroindustrial y forestal) que ya están muy consolidados en la región. 

En cuanto a los objetivos, cabe señalar, entre muchos otros, la intención de “convertir a Extremadura en un laboratorio internacional de referencia en investigación e innovación en torno a la economía verde, la bioeconomía, la economía circular y la lucha contra el cambio climático”. 

Indicadores

La estrategia extremeña concede también una gran importancia al seguimiento de su implementación con instrumentos objetivos. En este sentido el mismo documento anuncia la puesta en marcha de un proceso de construcción de indicadores generales y específicos.  

En coherencia con su gran voluntad participativa, se señala que este proceso  “permanece abierto, de manera que si bien se parte de unidades de información básicas para el diseño de la estrategia, no se agota la tipología de indicadores (…) que requiere una estrategia, flexible y en revisión permanente”. 

Para llevar todo este ambicioso plan adelante se han marcado tres fases. La primera ha concluido en 2020 tras cuatro años en los que se ha realizado el diseño general de la estrategia y se ha implementado el sistema de gobernanza  y un primer paquete de actuaciones. En 2021 se ha entrado en la fase 2, que se extenderá hasta 2022, donde se realizará una revisión de lo efectuado hasta el momento y se diseñará un gran paquete de actuaciones. Finalmente entre 2023 y 2030 se ejecutará este segundo paquete.