Materiales de bioconstrucción y circularidad, simbiosis esperada
16/03/2022La bioconstrucción es un concepto de significado amplio que genéricamente podría resumirse como “un tipo...
Leer másTras la aprobación del Plan de Acción para la Economía Sostenible y Circular de la Comisión Europea y a la espera de la batería de Directivas que llegarán en breve, los países miembros comienzan a mover ficha para adaptarse a la futura transformación de la economía lineal a la circular poniendo en marcha una estrategia de economía sostenible. Este cambio de paradigma, con cientos de matices, afecta a toda la cadena de extracción, transformación, producción, consumo y gestión de los recursos. Es, además, una necesaria adaptación evolutiva de la economía europea para que ésta sea en un futuro más competitiva, innovadora y sostenible. España tiene la oportunidad histórica de no perder el carro de la llamada cuarta revolución industrial. En nuestro país, ya se ha presentado el borrador de la Estrategia Española de Economía Circular “España Circular 2030”, que ha recibido aportaciones y comentarios durante su tiempo de disposición pública.
El objetivo de lograr una transformación hacia un “modelo de desarrollo y crecimiento más innovador, competitivo y sostenible, que permita maximizar los recursos disponibles, para que estos permanezcan el mayor tiempo en el ciclo productivo y reducir la generación de residuos, aprovechando al máximo aquellos residuos cuya generación no se haya podido evitar”.
Las tres principales cifras de la Estrategia Española de Economía Sostenible y Circular son:
Este cambio de modelo afectará a los sistemas de extracción de materias, a los mercados de compra de recursos, a la fabricación de bienes y equipos, al tratamiento y recuperación de materiales, y a su reciclado para su puesta en el mercado de nuevo. Pero los cambios también generarán oportunidades económicas y empresariales, y se crearán nuevos tipos de empleos. La Comisión Europea ha calculado que con la economía circular se crearán 580.000 nuevos puestos de trabajo, de los cuales un 30% está asociado al pleno cumplimiento de la normativa comunitaria en materia de residuos, así como a la innovación en el reciclaje y la ecoinnovación.
La Estrategia Española de Economía Circular, “España Circular 2030”, pretende impulsar el cambio de sistema, en el que una de las claves será la innovación tecnológica e incluye actuaciones en producción, consumo, gestión de residuos, materias primas secundarias y reutilización del agua.
‘Horizonte 2020’, el Programa Marco de Investigación e Innovación de la UE (2014-2020), contempla la financiación de actividades de investigación e innovación en distintos ámbitos de la economía circular. Así, en el período 2018-2020, se destinarán 940 millones de euros a las actividades de investigación e innovación en economía circular, distribuidos en:
La economía circular pretende concentrar los esfuerzos en el inicio de la cadena: en la fase de diseño para lograr la durabilidad del producto, su reutilización, reforma, reciclado y reprocesamiento de los componentes. Los objetivos de la Estrategia incluyen proteger el medio ambiente y garantizar la salud de las personas reduciendo el uso de recursos naturales no renovables y reutilizando, en el ciclo de producción, los materiales contenidos en los residuos como materias primas secundarias.
También prevé reducir las sustancias nocivas durante la fabricación de los productos, fomentar la alargalescencia y mejorar su reparabilidad. En la actualidad, muchos de los bienes de equipo no cuentan con piezas diseñadas para ser reparadas o sustituidas, por lo que el consumidor decide comprar otro aparato nuevo. El objetivo de la economía circular es que en la fase de diseño de los productos se tenga en cuenta la posibilidad de sustituir piezas y reparar, antes que desechar por completo, aumentando así su vida útil y reduciendo la cantidad de residuos.
La Estrategia de Economía Circular ha establecido como sectores prioritarios la construcción y la demolición, la agroalimentación, la industria en su conjunto, los bienes de consumo y el turismo
El sector de la construcción representa el 5% del PIB de nuestro país, el 40% de los recursos, genera el 40% de los residuos, varios puntos por encima de la media de la UE, y emite el 35% de los gases de efecto invernadero. La productividad no ha evolucionado en apenas 25 años, el uso de materiales reciclados es muy bajo, en gran medida por la desconfianza que todavía generan, y se calcula que se desperdician entre el 10 y el 15% de las materias en la fase de construcción.
Por su parte, el sector de la agroalimentación tiene un reto importante en el desperdicio de alimentos. Se estima que aproximadamente 88 millones de toneladas de alimentos se tiran cada año en la Unión Europea, lo que además de los costes medioambientales y energéticos que genera, supone una pérdida de 143.000 millones de euros anuales. El objetivo es reducir la huella hídrica en la producción de alimentos, garantizar la conservación de la biodiversidad, así como reducir las emisiones de gases de efectos invernadero, la utilización de productos químicos y la generación de residuos tanto durante la producción como en el consumo final.
En el sector industrial es necesario introducir y fomentar el uso intensivo de las tecnologías en las empresas. Tecnologías como, por ejemplo, la computación en la nube, el big data, la impresión 3D, la robótica colaborativa, la realidad aumentada, los sistemas ciberfísicos o el internet de las cosas. En cuanto a los bienes de consumo, que incluyen el textil, el de fabricación eléctrica y electrónica, envases y embalajes, la Estrategia contempla potenciar la reparación, reelaboración, reutilización y reciclado de productos y sus envases, con el fin de mantenerlos en el ciclo durante el mayor tiempo posible, así como volver a reincorporarlos al final de su vida útil. Un ejemplo del sector textil es que por cada kilo de ropa que es reutilizado o reciclado, sin ser destinado a la incineración, se evita la emisión de 3,17 kg de CO2, según datos de la Comisión Europea.
Para que el cambio de modelo sea real y haya de verdad una economía sostenible en España en marcha es necesaria la implicación de toda la sociedad, desde el impulso del sector público a la ejecución del sector privado y finalmente a la adquisición por parte de los consumidores. Por su parte, el Gobierno apuesta por promover el uso de recursos biológicos y renovables en la producción, así como en facilitar una información transparente al ciudadano para que pueda tomar decisiones de compra con rigor, a través de sistemas de certificación, ecoetiquetas o análisis del ciclo de vida. La Etiqueta Ecológica Europea (ECOLABEL) se utiliza desde 1982 para indicar que el producto ha sido fabricado con los máximos estándares ambientales, teniendo en cuenta la contaminación, residuos y consumo de energía.
También se impulsará la contratación pública ecológica, que ya alcanza el 20% del PIB de la Unión Europea. Así, la Secretaría General de Industria y de la PYME introduce requisitos puntuables relacionados con la economía circular en las líneas de préstamos de competitividad industrial, primando las solicitudes que conlleven mejoras en reducción de las materias primas usadas y reutilización de materiales, incorporen criterios de ecodiseño, que permitan la valorización final del producto, la eficiencia energética de los procesos productivos, o incluyan información del producto que permita su reparabilidad.
En materia de agua, aboga por fomentar el aprovechamiento y la reutilización del agua. Así, además de medidas destinadas a garantizar la eficiencia hídrica, la reutilización de aguas residuales tratadas en condiciones seguras es una valiosa herramienta para reducir la presión sobre los recursos hídricos naturales que, no obstante, todavía está infrautilizada.
Otro de los sectores en los que el Gobierno quiere trabajar es en la protección y recuperación de la biodiversidad y los ecosistemas marinos con especial énfasis en la recuperación y el reciclado de basuras marinas. El vertido de plásticos y cualquier otro tipo de residuos al mar provoca daños a hábitats y biodiversidad marina, así como a la salud humana, ya que en muchas ocasiones las especies pesqueras ingieren estos residuos que después se venden en las pescaderías. Para reducir la cantidad de basuras marinas, el Gobierno apoyará económicamente a los promotores de los proyectos de pesca de basura a través de la financiación del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca.
Finalmente, para poder poner en el mercado materias primas procedentes de productos reciclados, el Ministerio de Medio Ambiente va a impulsar la declaración de subproductos y a determinar los criterios de fin de condición de residuo, de manera que la libre circulación de materias primas secundarias sea pronto una realidad en España. La entrada de materias primas secundarias reduce la dependencia de materias primas, pero siempre que sea en condiciones de protección del medio ambiente y que se garantice la salud de las personas.
Proteger el medio ambiente y garantizar la salud de las personas reduciendo el uso de recursos naturales no renovables y reutilizando en el ciclo de producción los materiales contenidos en los residuos como materias primas secundarias.
Las actuaciones incluidas en el plan de acción sostenible 2018-2020 cuentan con los medios personales y materiales suficientes para su correcta ejecución. En algunos casos las actuaciones se pueden ejecutar con los medios personales habilitados por el departamento proponente, y en otros casos, se ha dispuesto adicionalmente un presupuesto orientativo necesario para garantizar su ejecución.
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