
Cuando hablamos de ahorro energético nos referimos a reducir nuestros niveles de consumo de energía ya sea moderando el derroche, modificando hábitos o haciendo un uso eficiente.
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Cuando hablamos de ahorro energético nos referimos a reducir nuestros niveles de consumo de energía ya sea moderando el derroche, modificando hábitos o haciendo un uso eficiente.
En los años 60 del siglo pasado, el Sol de España se convirtió en un reclamo turístico para el resto de Europa y fue un interesante motor económico.
Cuando hablamos de energías renovables nos referimos a todas aquellas que proceden de fuentes naturales y son inagotables, o bien tienen capacidad de renovación.
La búsqueda de alternativas a los combustibles fósiles nos obliga a devolver la mirada a los biocombustibles.
Los paneles solares son los responsables de absorber la luz solar y transformarla en energía eléctrica en instalaciones fotovoltaicas.
El 71% de nuestro planeta es agua, y de este porcentaje el 96,5% es mar.
Cuando hablamos de energía eólica nos referimos a aquella producida gracias al viento. La tecnología ha sido capaz de utilizar la energía cinética de las masas de aire para, a través de un generador eléctrico, convertirla en electricidad.
La vida en la Tierra, tal y como la conocemos, es posible gracias al Sol. Es fuente de calor y de luz, y desde que el ser humano existe, las diferentes civilizaciones que fueron apareciendo dedicaban una veneración especial este astro
Teniendo en cuenta la urgencia que imprime el proceso de descarbonización, es esencial encontrar fuentes de energía alternativas a los combustibles fósiles y la geotérmica es una de ellas. Las investigaciones en el ámbito de las energías renovables han permitido que esta energía sea viable y ya se utilice para generar electricidad.
En el momento histórico en el que nos encontramos, nos enfrentamos a un panorama energético extremadamente interesante.
Como suele ocurrir cuando reflexionamos acerca de sostenibilidad y la economía circular, la biomasa, lejos de ser un invento reciente, nos conecta con nuestra historia y nos permite retomarla para ofrecer soluciones innovadoras que se adapten a nuestras necesidades actuales sin dejar a un lado las de nuestro planeta.
El Acuerdo de París pone sobre la mesa la necesidad de frenar el calentamiento global para lograr no superar el límite de subida de temperatura en la Tierra de 1,5ºC durante el siglo XXI.